lunes, 10 de septiembre de 2012

DESCUBRIMIENTO DE CHILE Y CABILDO ABIERTO

Descubrimiento y conquista de Chile


En Julio de 1535, salieron del Cuzco Almagro y sus hombres rumbo al sur. La caravana llegó a Tupiza, donde descansaron alrededor de dos meses preparando el resto de la expedición. Luego continuaron a Chicoana y desde allí atravesaron la cordillera de los Andes rumbo a "Chili".



El paso de la cordillera fue desastroso, testigos de la época señalaron que a muchos soldados se les congelaron los pies y a otros se les desprendían los dedos al sacarse las botas. Los mayores sufrimientos recayeron sobre los nativos que caminaban descalzos. El camino quedó plagado de cadáveres de indígenas muertos de frío. El 21 de Marzo de 1536 Almagro llegó al valle de "Copayapo", hoy denominado Copiapó, la capital de la tercera región de nuestro país. Luego avanzaron hacia el sur para instalarse en el valle del Aconcagua. Desde allí, Almagro y sus hombres salieron a buscar las riquezas que los indígenas habían asegurado que existían. Sin embargo, una de las expediciones que iba al mando de Gómez de Alvarado se enfrentó por primera vez con el pueblo mapuche, cerca del río Itata, en la batalla de Reinohuelen. Finalmente Almagro regresó a Perú y su expedición no prosperó.

Luego de la muerte de Almagro, en abril de 1539, Pedro de Valdivia era nombrado por Pizarro Teniente Gobernador de Chile. De inmediato el conquistador levantó bandera de enganche en la plaza mayor del Cuzco para inscribir a los que deseaban partir junto a él en esta nueva empresa de conquista.
A mediados del mes de Diciembre de 1540, Valdivia estaba en el Valle del río "Mapuchu", hoy el lugar que ocupa Santiago, la ciudad capital de Chile.



El primer campamento de los españoles se levantó en dicho territorio y, al mismo tiempo, Valdivia organizaba grupos de reconocimiento del lugar y establecía relaciones con los picunches, habitantes del valle, quienes aparentemente tenían una actitud pacífica.

Valdivia decidió fundar Santiago en medio de un pequeño terreno rodeado por dos brazos del Mapocho y a los pies del cerro que los indígenas llamaban "Huelén" y que hoy conocemos como Santa Lucía. Este lugar le pareció perfecto para sus intenciones; era protegido, tenía agua suficiente para los cultivos, tenía un pequeño cerro que permitía la vigilancia de todo el valle, y además, gozaba de un clima muy parecido al de España, lo que gustó mucho a Valdivia y a sus hombres.

Descripción exacta, breve y completa del Nuevo Mundo y Perú es el nombre de esta carta realizada en 1554 por el cosmógrafo Jean Bellére. Por primera vez se denomina Chile a un extenso territorio. Se muestra la extensión de la Cordillera de los Andes.
Los pueblos originarios, totalmente descontentos con la conquista española, comenzaron a atacar las zonas en que los españoles sacaban oro y mantenían sus chacras: atacaron Con-Con y, en septiembre de 1541, Michimalonko organizó un fuerte ataque a la ciudad de Santiago, donde los españoles fueron derrotados y la pequeña aldea, fundada algunos meses atrás, completamente destruida.



El Cabildo Abierto del 18 de septiembre de 1810


El juramento de los nuevos gobernantes estaba concebido en estos términos: "¿Jura usted defender la patria hasta derramar la última gota de sangre, para conservarla ilesa hasta depositarla en manos del señor don Fernando VII, nuestro soberano, o de su legítimo sucesor; conservar y guardar nuestra religión y leyes; hacer justicia y reconocer al supremo Consejero de Regencia como representante de la majestad Real?".

Según la costumbre, a los Cabildos Abiertos sólo eran convocados los vecinos de "importancia", en esta ocasión las 450 esquelas de invitación decían: "Para el día 18 del corriente, espera a usted el muy ilustre señor Presidente con el ilustre ayuntamiento en la sala real tribunal del Consulado, a tratar de los medios de seguridad pública, discutiéndose allí qué sistema de gobierno debe adoptarse para conservar siempre estos dominios al señor don Fernando VII".

Todos los acuerdos se tomaron por unanimidad, y hasta los nombramientos de los dos últimos vocales de la Junta Provisoria de Gobierno fueron hechos por mayorías abrumadoras, sin que se notasen voces discordantes, especialmente después de los elocuentes discursos de Argomedo y de Infante. Lo que tal vez por entonces no sabían los opositores al nuevo sistema, era que gran parte del éxito se debió a la cuidadosa selección en el reparto de las invitaciones para asistir al Cabildo: de las 450 esquelas enviadas, casi todas lo fueron a criollos de reconocida tendencia libertaria, y sólo 14 llegaron a manos de españoles peninsulares.

Tras la votación el gobierno quedó conformado por Mateo de Toro y Zambrano, presidente; el Obispo de Santiago José Antonio Martínez, como vicepresidente; el consejero de Indias Fernando Márquez de la Plata, primer vocal; Juan Martínez de Rozas, segundo vocal; Ignacio de la Carrera, tercer vocal; como secretarios Gaspar Marín y José Gregorio Argomedo. Luego fueron incorporados Francisco Javier Reina, Juan Enrique Rosales.
El juramento de los nuevos gobernantes estaba concebido en estos términos: "¿Jura usted defender la patria hasta derramar la última gota de sangre, para conservarla ilesa hasta depositarla en manos del señor don Fernando VII, nuestro soberano, o de su legítimo sucesor; conservar y guardar nuestra religión y leyes; hacer justicia y reconocer al supremo Consejero de Regencia como representante de la majestad Real?".

El primer acuerdo del Cabildo santiaguino, tomado exactamente una semana después, fue fijarle un sueldo a la Junta!: "Considerando... que el día 18 del presente... resultó la instalación de una Junta Provisoria de Gobierno, a nombre de nuestro adorado monarca don Fernando VII... ; resultó la pluralidad por que al Sr. Presidente de la Excma. Junta se le asignasen seis mil pesos anuales, tres mil a cada uno de los señores vocales que la componen y dos mil a cada secretario".